jueves, 13 de mayo de 2010

“El borracho y el camarero”


Como el que ansía otro beso veneno
cogió el último hueco de la barra.
Pasó desapercibidamente ajeno
hasta que vio aquella espalda.

Bonito camino hacia su secreto
camuflado en su pelo y en sus alas.
El resto fue blanco y negro,
tenues las luces, suave su cara.

Puso otro cigarro en sus labios
y se excusó ante el camarero.
‘Hoy estoy un tanto borracho,
no dejes que baje al suelo’.

No podía ignorarla al bailar,
daba vueltas como una noria.
Codificaba su instinto animal
en su locura transitoria.

Dejó la vergüenza y el corazón
en el cajón donde guardaba las bragas.
Se acercó a la barra y pidió otro ron,
‘te saco a la pista si pagas’.

Y pagó…y la música se apagó,
no hubo un beso de despedida.
El humo fue lo único que desvistió,
no quiso querer sentirse aludida.

(Madrugada 13.05.2010)

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