martes, 21 de diciembre de 2010

"La Gata Negra" (Capítulo 4)

...

- ¡Márchate, es mejor que te vayas! Aquí no hay nada que te pueda interesar.

Esas palabras sonaron tan contundentes que no hubo lugar para réplica alguna. En un primer momento, la Gata Negra quiso preguntar, decir algo, pero pensó que posiblemente, el que hablaba tras la puerta casi entornada la había visto desde alguna ventana recoger el cuaderno del suelo, de ahí que supiera que estaba en las escaleras.

Escondido tras la puerta, quien la había advertido también siguió cada uno de sus pasos hasta saber en qué momento había decidido dar media vuelta e irse.

La Gata Negra pensó que si esa voz no había hecho referencia al cuaderno no tenía porqué deshacerse de él, total, el hipotético dueño no estaba allí y sus ganas por leerlo iban en aumento así que, sin mediar palabra y renunciando a la posibilidad de encontrar a ese gato misterioso y canijo, retomó el camino hacia la calle bajando las escaleras.

La noche ya estaba despidiéndose. El tiempo había pasado tan rápidamente mientras pensaba en encontrarse con ese gato y en qué decirle, que a penas había reparado en la hora.


La Gata se dirigió a su casa con la única compañía de su sombra en las paredes y las ganas de llegar para descubrir el contenido de ese pequeño cuaderno.

En los momentos en los que la Gata Negra se encontraba desanimada siempre se repetía para sí misma una frase:

“Si quieres ser más feliz y no puedes cambiar las circunstancias, cambia la percepción que tienes sobre ellas''.

Era el recurso que utilizaba siempre que algo no le salía como esperaba. Reflexionaba durante largos periodos de tiempo hasta que conseguía sentirse algo mejor, y este era uno de esos momentos.

Cuando llegó a casa sintió el alivio que sentía siempre que llegaba antes de que amaneciera. Si había algo que odiaba la Gata Negra era llegar de día a casa después de una larga noche. Cuando dormía acompañada, siempre lo hacía en casa de sus esporádicos amantes para poder marcharse sin dar explicaciones en el momento en que quisiera…y siempre lo hacía antes del amanecer.


Finalmente, después de desmaquillarse y desnudarse para ponerse sobre su piel una suave bata de andar por casa, se sentó en el sillón que tenía junto a la chimenea donde le gustaba pasar horas leyendo. La Gata Negra no dejó de pensar en la imagen del gato en la Fábrica de los Sueños. No dejó de pensar en cómo no había reparado antes en él…y frente a la chimenea abrió la primera página del cuaderno y comenzó a leer…

“Hay días y días”

Hay días que entierro sueños
hasta hacerlos invisibles,
que invisibles son aquellos
que de nada me sirven.

Hay días que estoy más solo
de lo que me siento,
que me pierdo en el todo
de lo hermético del tiempo.

Hay días insignificantes
donde un cero a la izquierda
parece bastante para anularme.

Hay días electrizantes
donde el miedo se almacena
y la luna es de nadie.

“Amor”

El amor debería matarme
para después resucitarme…
lo demás no es amor.

Debería ser un puño
tan absurdo
golpeando el corazón.

Debería ser pensamiento,
subconscientemente necio
declinado al por menor.

El amor debería cegar
para poder caminar
en las brasas del dolor.

Debería ser el todo
que me exima de lo loco
de mi interior.

Debería ser un juego
bajo las reglas del acuerdo
entre tú y yo.


...letra tras letra, palabra tras palabra, verso tras verso…la Gata Negra no podía dejar de leer. En cada una de las poesías encontraba un trocito de ella. Los borrones que en ellas habían hacían que aun fueran más reales, más cercanas. Todas las letras tenían algo que en algún momento de su vida había vivido. Algo con lo que conseguía sentirse identificada. Había descubierto que ese misterioso gato del que nadie sabía nada, sentía o había sentido cosas similares a las de ella. Se había convertido sin saberlo en un compañero, en un cómplice con las mismas reglas en el juego…la Gata Negra tenía que volver a ver a ese inquietante gato.

¡Quería conocerlo!

¡Era un reto!

4 comentarios:

  1. ¡Se ha enamorado la Gata Negra!. :D

    A ver qué pasa con el gato, ¿se ha dado cuenta de que perdió el cuaderno?. O acaso lo perdió a propósito...

    Tengo esto en común con la Gata:

    "Si quieres ser más feliz y no puedes cambiar las circunstancias, cambia la percepción que tienes sobre ellas".

    Es lo que siempre hago, cambiar mi percepción de las cosas. :D

    "Things don't change. You change your way of looking".

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  2. Muy bien!!!!, así es como debía continuar

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  3. Jeje, cuántas incógnitas...en el siguiente capítulo se verá como evoluciona todo.


    Saludos!

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  4. ¿Cómo sigue la gata?, ¿y el gato?.
    Feliz Navidad!. :)

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