martes, 2 de marzo de 2010

“Antes de tocar el timbre”


No sé qué miraba ese señor tan raro,
el caso es que me guiñó el ojo.
Partió la geta de la cara del descaro
en la puerta de la lengua del despojo.

Los sacerdotes yacían en sus chiringos,
aquello parecía el palomar del deseo.
Sentado a las vísperas de otro domingo
con el perdedor de un combate de boxeo.

Cafre como una cerveza sin alcohol,
me peleo con las palomas de la esquina.
Las adivinas que yerran por vocación
libran el día de Andalucía.

Y es que en mis narices me llevé ese portazo,
no era el abrazo que esperaba repentino.
Araña con la espalda de arañazos,
gatos con problemas de equilibrio.

Boca de cartón, lengua de hojalata,
caderas imán de mis caderas.
Bastón con la punta envenenada,
hincha de costumbres chaqueteras.

Piénsalo antes de tocar el timbre,
no tropieces en el último escalón.
Ve apuntando a objetivos asequibles
antes de la última canción.


(Madrugada 02.03.2010)

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