Hay días que abres los ojos y aunque todo está "ahí" nada sigue en su sitio...
…días en los que sólo
una sonrisa puede abrazarte más que otro cuerpo...
…días donde un
silencio daña más que mil palabras y una palabra sólo es el reflejo de varias
letras enfrentadas.
Cuerpos desnudos que
bailaron al mismo compás…al son de músicas inexistentes siguiendo únicamente la
explosión de cada latido...
Orgasmos únicos,
sincronizados, pacientes, dedicados únicamente a la otra persona.
Gotas de sudor,
arañazos, mordiscos,
sonrisas,
incredulidad,
rabia…
No sé bailar, no soy
un gran artista.
No soy ni alto ni
guapo. No soy excesivamente inteligente, no soy fuerte ni otras tantas cosas más...
pero puedo explicarte
con mis manos y con mi cuerpo lo que nadie podrá explicarte jamás con palabras.
Tú aún no lo sabes, pero un día lo sabrás y yo te guiñaré un ojo…
Hay días que el beso que esperas se transforma en un todo y que, ese preciso esperar, se convierte en un cuchillo afilado a punto de rasgar tu piel como si nada.
No me creo que te
tenga tan cerca
y a la vez tan lejos, que no me eches tanto de menos
como yo a ti...
Tu cuerpo encadenado y
sumiso de mis intenciones. El olor de tu más íntimo ser...su sabor adornado con
mi sabor. Mi lengua acariciándolo, lamiéndolo, besándolo…buscando ese lugar en
el que se siente arropada y húmeda.
Odiarme a mí mismo.
Conocer a mi mayor
enemigo y, de una vez por todas, asesinarlo para que nunca vuelva a llevarme a
los terrenos donde nunca quise estar.
Ausente seguridad de luchar por lo que uno
quiere sin que nada ni nadie me decepcione por el camino…
(25.07.2012)