permaneced calmos, quietos.
No hay nada que temer
pues el día nos pertenece.
A penas algún resquicio de quietud de la noche
y también algún coche ruidoso,
pero no importa, ahora nada importa.
No importa que los colores que ven mis ojos
no puedan captarlos mi cámara.
No importa que secuestre mis problemas
y que a veces me muerda le lengua.
No importa que hoy esté solo
cuando quisiera ser algo más joven…
o quizá más viejo.
No importan las canas burlonas de mi barba,
ni callar mis pensamientos cuando todos hablan.
No importa el orgullo…muros más grandes cayeron
derramando lágrimas que sirvieron
para limpiar las profundas heridas.
Quizá existan guerras que merezca la pena perder
para demostrarse a uno mismo de qué se es capaz.
Quizá después de todo podamos descubrir
estados nunca antes alcanzados.
Quizá después de todo se pueda dejar
a un lado todo aquello que no se quiere
para abrir paso a lo deseado,
para perder el miedo de seguir luchando.
Quizá nos veamos un día y sin hablar
sepamos que por eso valió la pena
cada noche sin dormir.
Pero ahora…ahora nada importa,
ni sueños, ni quimeras,
ni absurdas y eternas condenas.
Ahora nada importa.
(01.11.2013)
Me ha llegado muy pero que muy dentro, escribes verdaderamente genial, me quedo sin palabras para describir estas lineas
ResponderEliminarRaquelilla