“Nota en el parabrisas”

Aparté el libro y allí estaba ella
como quien nunca había roto un plato.
Tenía la piel repleta de arena
y encendió un cigarro.

Con la picardía de cada mirada
cruzaba su boca con la boca mía...
Fue el primer día que la vi en la playa
y parecía tranquila.

Entró en el agua tras la huella de mis pies
con su cuerpo mojado de diosa de bronce.
Reconozco que lo pasé muy bien
sólo con verla jugar con su escote…

El segundo día llegó como quien lo espera
y aquella sonrisa nos supo a saludo.
Confieso que quería volver a verla
y no forcé el disimulo.

Me tumbé frente al mar, y su imagen,
esta vez escoltada, era igual de curiosa.
Guardamos la distancia como amantes
que guardan las formas.

Recogió sus cosas echando una ojeada
y se fue con sospechosa prisa.
Apuré la tarde y aunque ya no estaba
encontré su nota en el parabrisas.

(22.07.2010)