lunes, 27 de febrero de 2012

“Enclenques piernas de pollo”



No sé cómo decirte ni cómo contarte
que no, que aunque me beses
no quiero calentarte el colchón.

Para eso ya está tu puto gato,
que se acerca despacio
y te araña a traición.

Traición que ha aprendido a tu lado.

No recuerdo tus apellidos
ni el telefonillo para llamar al infierno…
de haber sido un genio te hubiera tratado peor.

¿El olor a tabaco de tus dedos?
Ya no me gustas…y tu cara menos.

Y borra cada mota el tiempo,
cada loca sin vocación
y cada zorra que no sabe ni a qué sabe su voz…
si a pene o a cartón.

Y si me muerdo los labios, por fin,
ya no saben a tus labios…ni hicieron
falta muchos para olvidar tu sabor.

Ni tus enclenques piernas de pollo,
a medio camino entre una escoba
o un rama seca de árbol.

O una raspa putrefacta y pescada,
pesada y cansinamente mala.


No hace falta más para menospreciar
lo que ni borracho, ni colocado,
ni cabeza abajo, ni con amenazas,
ni extorsionado, ni con una bomba
en la mano volverá a pasar.


(27.02.2012)

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