No hay
acuerdos tácitos,
falta
confidencialidad.
Sobran
gestos pálidos,
besos
rápidos y asiduidad.
Comerse todo
lo comible
es cuestión
de piel…
muchas bocas
terribles,
pocos cuerpos
flexibles,
estallar o
echar a correr.
No cambiaría
nada,
no daría un
solo paso atrás.
No me gusta
girar la cara,
ni malgastar
palabras
hablando por
hablar.
Ya no es
cuestión de tiempo,
habrá que
empezar a priorizar.
Reescribo el
comienzo de un cuento
dejando en
blanco el final.
(05.10.2014)