“Los tejados de la luna”

Como un gato en los tejados de la luna
persigo sombras como ratones.
Sin pena ni gloria ni fortuna,
me dejo el alma en los rincones.

Encontré mis principios en el trastero,
abogué ante la mínima expresión.
Habrá que ir andando sin pisar el freno
a las puertas del siguiente revolcón.

Son mis raros humores los que deciden
cuando ver y cuando no a mis amigos.
Son menos felices los finales felices
si no ardo en la hoguera contigo.

Y es que las putas, incluso las más caras
cobran más bien tirando a poco.
Ni yo estoy tan loco ni tú tan sana,
ni tú tan buena ni yo tan tonto.

Apaga esa farola que no me deja dormir,
con dos copas más vale pájaro en mano.
Ciento volando no son tantos para mi
si no veo la luna desde el tejado.

(18.03.2010 madrugada)